Cada alumno hizo su carillón y eso permitió que utilizasen dicho instrumento en clase de música.
Por otra parte, las baquetas se perdían o rompían con bastante asiduidad por lo que aprender a hacerlas en el taller resultó interesante.
La mayor dificultad fue el medir y cortar los tubos de acero, ya que la medida debía ser muy precisa para obtener la nota musical requerida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario